Pocas cosas son tan costosas y perjudican más a una empresa como los directivos que minan la moral. Los empleados desmotivados rinden menos y abandonan el barco a la primera oportunidad.
Lo que da miedo es la prevalencia de esta falta de motivación. Las organizaciones conocen la importancia de contar con empleados motivados y comprometidos, pero la mayoría no responsabiliza a los directivos de que esto ocurra.
Los empleados no dejan el trabajo, sino a los directivos
Cuando los programas de reconocimiento e incentivos se diseñan adecuadamente y se aplican con cuidado, pueden servir como grandes vehículos para motivar a los empleados y recompensarles por sus éxitos.
Pero, cuando se ejecutan mal, las consecuencias pueden crear animosidad, resentimiento e incluso ira entre los empleados. Para crear empleados motivados y comprometidos, hay algunos comportamientos críticos que los directivos deben eliminar del lugar de trabajo.
A continuación, presentamos 6 acciones y comportamientos que desmotivan a los empleados y socavan los programas de reconocimiento y recompensa.
1- No reconocer los logros
Es fácil subestimar el poder de una palmadita en la espalda, sobre todo en el caso de los trabajadores más motivados por naturaleza. A todo el mundo le gusta un poco de elogio, especialmente a los que trabajan duro y lo dan todo.
2- No cumplir los compromisos
Hacer promesas a la gente le sitúa en la fina línea que separa el hacerles muy felices de verles salir por la puerta.
Cuando se mantiene un compromiso, los empleados perciben a los directivos como honorables y dignos de confianza, dos cualidades muy importantes en un ambiente de trabajo.
Pero cuando no se cumple un compromiso, da la sensación de ser una empresa grosera e indiferente. Después de todo, si el jefe no cumple sus compromisos, ¿por qué deberían hacerlo los demás?
3- Tolerar los malos resultados
Como dice el proverbio: «Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil».
Lo mismo ocurre con una empresa: Tu equipo es tan fuerte como su miembro más débil. Cuando permites que los eslabones débiles existan sin consecuencias, arrastran a todos los demás, especialmente a tus mejores trabajadores.
4- No fomentar el desarrollo y ofrecer oportunidades de crecimiento
Repetir las mismas tareas y responsabilidades, sin nuevos retos, puede afectar negativamente a nuestras actitudes, y esto no es diferente en el entorno laboral.
Los empleados entienden que el aprendizaje continuo es la mejor manera de mantenerse actualizados y empleables, por lo que ignorar esto sólo perjudicará a los trabajadores y a la empresa.
5- Desinterés
Más de la mitad de las personas que dejan su trabajo lo hacen por la relación con su jefe.
Los jefes que no se preocupan de verdad siempre tendrán altos índices de rotación. Es imposible trabajar para alguien ocho horas al día cuando no se involucra personalmente y no se preocupa de nada más que de tu productividad.
Es tentador caer en la trampa de hacer trabajar más a tus mejores empleados. Trabajar en exceso a los buenos empleados es contraproducente y les hace sentir que se les castiga por su gran rendimiento.
6- No proporcionar una comunicación clara
Cuando los directivos no fijan criterios ni dan a las personas expectativas claras, los empleados no saben lo que se les exige y se preguntan por qué fracasan.
Si cada tarea se convierte en una prioridad, la gente pronto creerá que no hay prioridades. Y lo que es más importante, nunca sentirán que han cumplido con éxito una tarea o un objetivo.
La importancia de “hacer piña”
Una plantilla muy motivada se siente capacitada por su trabajo y valorada por la organización.
Cuando se trata de mantener a los empleados motivados, hay una serie de factores que hay que tener en cuenta, desde la comunicación de objetivos y expectativas hasta el interés por las aspiraciones profesionales de sus empleados. El enfoque correcto allana el camino hacia un lugar de trabajo bien equilibrado y garantiza el éxito futuro de su empresa.
- Haz saber a tus empleados cuando hacen algo notable; a la inversa, proporciona comentarios constructivos cuando hagan algo mal.
- Asegúrate de que los empleados entienden las expectativas y tienen objetivos claros por los que trabajar.
- Sé coherente y justo en los procedimientos disciplinarios.
- Ofrece oportunidades de formación y desarrollo profesional.
- Sé un ejemplo positivo para que tus empleados lo sigan.