El tiempo es inflexible
El tiempo es inflexible, pasa y no se detiene, aunque a veces tengamos la sensación de todo lo contrario .Es, en apariencia, una variable que no podemos modificar. No podemos alargarlo, estirarlo, comprarlo o detenerlo. Sin embargo, podemos controlarlo.
Seguro que cualquiera de nosotros conoce a personas excesivamente atareadas, cargadas de trabajo que exclaman una y otra vez «no tengo tiempo», «me faltan horas» y expresiones parecidas.
¿Es el tiempo el que nos controla o podemos controlarlo nosotros a él? Ésa es la cuestión que cualquier directivo debería plantearse.
Factores importantes
La incorrecta gestión del tiempo se debe entre otros factores a:
- La falta de objetivos previamente definidos.
- No distinguir entre lo que es importante y lo que es urgente.
- La incorrecta gestión de la propia agenda de trabajo.
- Negación de la propia evidencia. No aceptar que nosotros no podemos hacerlo todo.
- La insuficiente delegación de tareas.
- Exceso de información para analizar. O información desordenada, imprecisa o tardía.
- Evidentemente se hace imprescindible que para organizar nuestro tiempo deberemos, en primer lugar, determinar qué acciones o tareas son las más importantes. Por importantes entendemos aquellas tareas que inciden de alguna forma en las áreas estratégicas de la empresa, a los objetivos, a los costes o a los ingresos.
Una vez establecidos los objetivos, comenzaremos por dar un orden de prioridad a cada una de las actividades diarias. Todo esto con la ayuda de INTRATIME hará que la gestión con la relación de las horas empleadas sea de máxima efectividad.