Una bonificación es una forma de compensación que no está garantizada y que suele pagarse tras la realización de un determinado evento.
Las bonificaciones tienen muchas formas y tamaños, pero en general se basan en el rendimiento, lo que significa que la empresa las distribuye en función de la contribución de un empleado o grupo de empleados a los objetivos del equipo.
Dicho esto, muchas bonificaciones son discrecionales, lo que significa que en lugar de que la bonificación esté vinculada a una cuota específica, a tu nivel o a tu rendimiento, un directivo simplemente decide quién es merecedor de una bonificación y quién no, así como la cuantía de la misma.
¿Por qué las empresas dan bonificaciones?
A menudo se ofrecen primas porque es lo que el mercado indica a las empresas. Si otras organizaciones de tamaño, sector o geografía similares ofrecen primas a sus empleados, una empresa puede sentirse obligada a hacer lo mismo para competir por los buenos talentos.
También quieren contratar a personas que saben que van a rendir, y cuando hay una recompensa por el rendimiento se atrae a cierto tipo de personas.
Pero la principal razón por la que los empresarios se sienten atraídos por las bonificaciones es porque animan a los empleados a trabajar duro para contribuir al éxito de la empresa. Y suele dar resultado: las personas que saben que pueden ganar más dinero si aportan más ingresos, ya sea de forma directa (como las ventas) o indirecta (como el marketing o la dirección ejecutiva) van a estar muy motivadas para hacerlo.
Algunas personas pueden encontrar este concepto estresante. Pero la otra cara de la moneda -tener un salario anual sin bonificación- significa que habrá momentos en los que se trabaje más y no se compense ese trabajo.
Sin embargo, las primas nunca deben ser el único motor de la retención y la motivación de los empleados. La remuneración es un medio para impulsar el rendimiento, pero no sustituye a la gestión, ni a los elogios, el aprendizaje y el desarrollo, la formación y las oportunidades. Por eso, las empresas deben pensar siempre en el valor de sus planes de bonificación y equilibrarlos con otras ventajas y beneficios.
¿Qué tipos de bonificaciones hay y cómo funcionan?
Algunas bonificaciones se distribuyen trimestralmente, otras anualmente. Algunas son de una sola vez, otras son recurrentes. Todo depende de la función que desempeñes, del nivel que tengas, de lo que aportes, de cómo sea tu liderazgo y del tipo de empresa en la que trabajes (entre otras muchas cosas).
Bonificación anual. La bonificación anual suele basarse en los resultados generales de la empresa. Por lo tanto, puedes recibir una bonificación grande o pequeña (o ninguna bonificación) dependiendo del éxito de tu organización o de un departamento específico ese año, así como de la importancia que hayas tenido en ese éxito.
Bonificación puntual. Las primas puntuales son para las personas que van más allá y suelen estar vinculadas a una tarea que está fuera del ámbito de su función. Si, por ejemplo, has ayudado en un proyecto especial, has trabajado horas extra o has desempeñado un papel integral en el éxito de la empresa de forma inesperada, tu jefe puede utilizar su criterio para ofrecerte una compensación adicional.
Prima de contratación. La prima de contratación es una bonificación única que se ofrece cuando se contrata un nuevo puesto. Las empresas pueden ofrecerla cuando un empleado se aleja de algo mejor, o si el empleado se traslada a una nueva ciudad por el trabajo y la empresa quiere cubrir algunos de los costes.
Prima de retención. Una prima de retención, similar a una prima de contratación, tiene por objeto retener a los talentos valiosos. Suele ofrecerse durante una adquisición, una fusión o una reestructuración de la empresa para convencer a alguien de que se quede durante un periodo de tiempo adicional, en caso de que esté pensando en marcharse o tenga una oferta competitiva en otro lugar.
Bonificación por recomendación. Una bonificación por recomendación tiene como objetivo animar a los empleados actuales a recomendar a grandes candidatos para puestos de trabajo en su empresa. Normalmente no se concede hasta que el candidato es contratado y ha permanecido en la empresa durante varios meses.
Paga extra por vacaciones. También conocida como «paga de Navidad», la prima de vacaciones es otra forma de reconocer a los empleados el duro trabajo de un año y de darles un impulso extra durante una época del año especialmente cara.
Entonces, ¿las bonificaciones son algo garantizado?
La respuesta corta es no. La mayoría de las primas son discrecionales y se añaden al salario de alguien, por lo que es prácticamente imposible obligar a las empresas a concederlas.
Nada impide a las empresas que conceden primas repartirlas de forma desigual entre los empleados. El favoritismo no va en contra de la ley, a menos que se base en algún tipo de discriminación.
¿Se pueden negociar las primas?
Si realmente crees que mereces más, vale la pena negociar de alguna manera. Este es el caso tanto del salario como de las primas.
Aconsejamos que las bonificaciones se negocien antes de que se comparta un contrato formal, es decir, antes de que hayas acordado o firmado nada y que vayas a la conversación con un objetivo claro; por supuesto, este objetivo debe ser más alto de lo que realmente esperas recibir.
¿Cómo puedo asegurarme de que voy a recibir una bonificación justa?
Cada vez que te plantees aceptar un trabajo, es importante que leas la letra pequeña y hagas preguntas bien pensadas. Esto se aplica especialmente a los puestos en los que hay una estructura de primas. Como hemos explicado, nada es una garantía, así que cuando una bonificación constituye la mayor parte de tus ingresos, debes saber lo que tienes que hacer.
Entiende cómo te van a pagar. Si estás en una entrevista, puedes hacer preguntas como: «¿Cuál es la estructura de las primas para este puesto?» o «¿Cómo funcionan las primas aquí?». Es posible que no te den una cifra exacta (a menudo porque depende de muchos factores), pero incluso un rango de pago o una idea de cómo piensan en las bonificaciones puede ser útil para entender cómo valoran a sus empleados.
Una cosa que hay que tener en cuenta es que nunca deberías tener una conversación sobre el dinero hasta que estés en la ronda final de entrevistas. Y no te fíes sólo de la palabra del entrevistador: recurre a tu red de contactos para saber lo que se paga a las personas que desempeñan funciones similares y si la oferta se mantiene o no.
Además, sopesa los pros y los contras de la bonificación en sí y si hay mejores oportunidades disponibles para ti. Una bonificación por firmar puede parecer mucho dinero por adelantado, pero considera que, si negociaras un salario más alto, podrías ganar más a largo plazo.
Si una bonificación parece razonable, ponla por escrito -ya sea mediante un contrato formal o un correo electrónico informal- y asegúrate de leer todos los detalles y de comprender plenamente lo que significa conseguir esa bonificación.