A pesar de los muchos aspectos positivos del teletrabajo, encuestas y estudios recientes han encontrado una correlación entre el trabajo a distancia y el llamado tecnoestrés.
Las empresas están adoptando versiones nuevas y mejoradas de la tecnología con más rapidez que nunca. Cuando los empleados no pueden seguir el ritmo de estas actualizaciones y su impacto en el trabajo diario, puede producirse tecnoestrés, también llamado a veces tecnoansiedad.
Es esencial reconocer los síntomas del tecnoestrés y abordar los problemas que puede causar. A continuación, explicaremos los diferentes tipos y causas, y cómo podemos evitar que se produzca en el equipo de trabajo.
¿Qué es el tecnoestrés?
El tecnoestrés es la ansiedad, la tensión o la angustia que se produce cuando una persona se ve abrumada por las nuevas tecnologías. Se produce cuando no es capaz de adaptarse y aprender a utilizarla de forma saludable y productiva.
El tecnoestrés ha sido un problema creciente desde la época de la digitalización empresarial, ya que las empresas adoptan rápidamente nuevas tecnologías y las compañías de software lanzan nuevas actualizaciones cada pocas semanas.
Recientemente, se ha convertido en una preocupación a medida que los equipos pasan a trabajar desde casa. Las empresas necesitan adoptar nuevas herramientas para la comunicación y la colaboración a distancia, y hemos asistido a un aumento significativo de la migración a la nube.
Causas del tecnoestrés
Tanto si los empleados trabajan desde casa como en una oficina, hay cinco causas generales de tecnoestrés relacionado con el trabajo:
- Sobrecarga tecnológica. Sentirse abrumado por un flujo constante de información. Se produce como resultado de los continuos mensajes y notificaciones que llegan de múltiples fuentes.
- Tecnoinvasión. La sensación de estar «siempre conectado». Es el resultado de recibir otras notificaciones relacionadas con el trabajo fuera de horario y sentir la necesidad de responder de inmediato. Los trabajadores remotos citan la incapacidad de desconectarse como una de las principales preocupaciones.
- Tecnocomplejidad. Se produce cuando un empleado tiene dificultades para adoptar una nueva tecnología porque la percibe como especialmente complicada.
- Incertidumbre tecnológica. Sentirse desorientado o inseguro debido a la rápida transformación digital. Si una empresa adopta continuamente nuevas tecnologías o utiliza software que se actualiza con frecuencia, puede ser abrumador para algunos empleados seguir el ritmo.
- Inseguridad tecnológica. Implica la preocupación de los empleados por perder su puesto de trabajo o su estatus porque la nueva tecnología sustituirá o cambiará su posición.
Es importante vigilar a estos tecnoestresantes entre el equipo de trabajo, ya que los efectos pueden ser graves.
Los efectos del tecnoestrés en los equipos remotos
Los efectos adversos del tecnoestrés van desde los efectos biológicos hasta los relacionados con el trabajo, como el agotamiento y la pérdida de productividad. Aunque cada empleado reaccionará de forma un poco diferente, existen algunos impactos comunes del tecnoestrés:
- Problemas cognitivos. Al igual que otros tipos de estrés, el tecnoestrés invoca el sistema de respuesta al estrés del cuerpo. Las elevadas exigencias informáticas provocaban problemas cognitivos, como problemas de concentración o de memoria, y una mala toma de decisiones.
- Impacto en el comportamiento. El tecnoestrés puede provocar cambios en el comportamiento, como poca iniciativa y poca energía.
- Reducción de la productividad. Las constantes interrupciones provocadas por la sobrecarga tecnológica son especialmente perjudiciales para la productividad.
- El agotamiento. El agotamiento laboral se produce cuando un empleado se siente emocionalmente agotado o desilusionado con su trabajo. Los trabajadores a distancia a menudo sienten la necesidad de estar «siempre conectados», lo que puede aumentar la probabilidad de agotamiento.
El estrés tecnológico puede ser especialmente problemático para los empleados que son nuevos en el trabajo a distancia. No sólo tienen ansiedad por la nueva tecnología, sino que también pueden estar lidiando con necesidades de cuidado de niños, un nuevo horario u otros cambios inesperados en sus condiciones de trabajo.
3 formas de prevenir el tecnoestrés en el equipo
La mejor manera de mitigar los efectos del tecnoestrés es prevenirlo. Evita el tecnoestrés en tu equipo ayudándoles a reducir las notificaciones y las distracciones digitales y adoptando herramientas que faciliten el aprendizaje de nuevas tecnologías.
1. Anima a los empleados a no estar «siempre conectados»
Si tienes un nuevo equipo remoto, anímales a tener un horario de trabajo fijo, igual que en una oficina. Hazles saber que es aceptable apagar el correo electrónico y otras notificaciones. No esperes que respondan durante las horas de descanso o cuando estén de vacaciones.
Si tus empleados tienen un horario flexible, recuérdales que deben «cerrar la sesión» y no seguir comprobando las notificaciones una vez que hayan terminado su jornada laboral.
Y lo más importante, predica con el ejemplo. Intenta no enviar mensajes directos en horas no laborables. Si envías algo, márcalo como «no urgente». Los miembros de tu equipo pueden pensar que si tú estás trabajando, ellos también deberían hacerlo.
2. Identifica las distracciones que consumen tiempo
Bloquear o poner en pausa los sitios web y las aplicaciones cuando no se están utilizando puede reducir la cantidad de información que entra en un momento dado, lo que ayuda a evitar la sobrecarga tecnológica. También ayuda a los empleados a concentrarse al minimizar la multitarea que realizan.
3. Introduce la nueva tecnología gradualmente
Es posible que tengas que adoptar varias herramientas o programas nuevos para gestionar un equipo remoto, pero no las impongas todas a la vez.
Evita el estrés tecnológico introduciendo las herramientas de una en una. Así, es menos probable que los empleados se sientan abrumados. Una vez que se adopte una herramienta, ofrece formación: autodidacta, con instructor o ambas. De este modo, los empleados podrán adaptarse a la nueva tecnología sin tener que navegar a ciegas.